Alzheimer

La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad fatal, progresiva y degenerativa que destruye las células del cerebro. Se trata de una forma de demencia, forma parte de una fase normal del envejecimiento, es una alteración que a veces es confundida con la demencia senil. Los síntomas incluyen tener dificultad para recordar las cosas, tomar decisiones y realizar las actividades cotidianas. Estos cambios pueden afectar a la forma en que una persona se siente y actúa. Actualmente no existe una manera de detener la enfermedad, pero la investigación está mejorando la manera en que proporcionamos atención y vamos a continuar la búsqueda de una cura.

¿Qué causa la enfermedad de Alzheimer?


Todavía no se conoce qué factor causa la enfermedad del Alzheimer, pero los investigadores han identificado algunos factores de riesgo asociados a ella.

El factor de riesgo más importante es el envejecimiento. Se debe alcanzar una edad mínima para que la enfermedad del Alzheimer se desarrolle. Está comprobado que el envejecimiento puede afectar los mecanismos de auto-reparación del cuerpo. Y, por supuesto, muchos de los factores de riesgo aumentan con la edad, como la presión arterial, el estrés y la obesidad.

Por otro lado, la genética juega un papel esencial en la enfermedad. Sin embargo, sólo un pequeño porcentaje de los casos está asociado con los genes específicos que causan la forma hereditaria de la enfermedad. Algunos genes aumentan la probabilidad de desarrollar esta enfermedad, pero éstos tampoco garantizan la aparición de la misma.

Se están llevando a cabo realizando investigaciones sobre otros factores tales como las enfermedades existentes o condiciones que persona pueda tener, tales como infecciones, toxinas en el medio ambiente, nivel de educación, ingesta de alcohol, consumo de tabaco, la dieta y el ejercicio.

¿Cómo progresa la enfermedad de Alzheimer?


La enfermedad de Alzheimer sigue típicamente ciertas etapas que causan cambios en la vida de la persona y de la familia. Debido a que la enfermedad afecta a cada persona de manera diferente, los síntomas, el orden en el que aparecen y la duración de cada etapa varían de persona a persona.

En la mayoría de los casos, la enfermedad progresa lentamente y los síntomas de cada etapa puede superponerse, a menudo haciendo la transición de una etapa a otra bastante sutiles.

La duración de la enfermedad es por lo general de siete a diez años, pero puede ser mucho más largo en algunas personas.

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