Conjuntivis

Es una alteración en la membrana que cubre el párpado. La conjuntivitis causa infección, hinchazón, irritación y enrojecimiento de la zona. Esta patología puede ser crónica y prolongarse durante meses o años, o solucionarse con un tratamiento adecuado. La conjuntivitis crónica puede ser generada por un repliegue del párpado hacia fuera o hacia dentro, fallos en el conducto lagrimal, sensibilidad a algún producto químico, haberse visto expuesto a sustancias que pueden irritar con facilidad el ojo o por infección.

¿Cuáles son las causas de la conjuntivitis?

 
El párpado es el protector del ojo indispensable para salvaguardar la exposición a factores externos que se encuentran diariamente en el ambiente. Las lágrimas facilitan la higiene del ojo y además lo protegen de elementos contaminantes gracias a su composición de anticuerpos y enzimas. Cuando este sistema falla el ojo se ve expuesto a padecer conjuntivitis. Las causas más comunes son: bacterias, hongos, y alergias

Así bien, esta enfermedad puede estar causada por una reacción alérgica a un elemento que pueda tener contacto con el ojo, como polen, polvo o moho. La irritación se puede ver agravada por el viento o el humo, así como otros tipos de agentes que produzcan contaminación en el aire. Lo más habitual es que se haya producido una infección en el contacto con algún otro objeto infectado, ya sea por la suspensión viral en el aire o por el contacto con bacterias.

¿Cuándo es conveniente visitar a un especialista?


Es recomendable visitar al oftalmólogo siempre que empiece a sentir molestias prolongadas en el ojo, enrojecimiento o más lagrimeo del habitual. Si experimenta una sensación de ardor o de tener un elemento extraño en el lacrimal o en el párpado puede haber contraído conjuntivitis. El ojo puede llegar incluso a segregar mucosa amarilla o verde en caso de haber sido infectado por una bacteria, lo mejor es acudir cuanto antes al especialista para que realice un diagnóstico adecuado.

¿Posibles tratamientos de la conjuntivitis?

 
Es elemental conocer qué ha causado la irritación para poder determinar un buen tratamiento. Por lo general éste consistirá en una higiene específica, con agua hervida tibia o suero fisiológico. También el médico puede recomendarle el uso de pomadas o lágrimas artificiales. Consulte con su oftalmólogo para determinar el tratamiento que sea más adecuado a la gravedad de su caso.

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