Diverticulos intestinales

La diverticulosis hace referencia a la presencia de pequeñas bolsas o sacos que crecen hacia fuera (llamados divertículos) y pueden desarrollarse en el revestimiento del tracto gastrointestinal. Si bien puede haber divertículos en cualquier parte del tracto digestivo , su presencia es más común sobre el lado izquierdo del intestino grueso, zona conocida como colon descendente y sigmoide. 

¿Cuáles son las posibles causas?

Nadie sabe con certeza por qué se desarrolla la diverticulosis, pero se han planteado diversas teorías. Algunos expertos creen que la contracción anormal y los espasmos (a consecuencia de lo cual periódicamente aumenta la presión en el colon), serían la causa para la formación de divertículos en zonas débiles de la pared intestinal.

Por otro lado, en el desarrollo de la diverticulosis también podría desempeñar alguna función la alimentación con bajo contenido de fibra, pues se ha visto que es muy raro encontrarla en las áreas rurales de África donde la alimentación es alta en fibra. Además, parece que existe una predisposición genética a la diverticulosis; es decir, cuando los padres o abuelos de alguien tuvieron diverticulosis, esa persona también podría desarrollarla.

¿Cuándo es conveniente visitar a un especialista?

La mayoría de pacientes con diverticulosis no presenta ningún síntoma. Muchos jamás saben que padecen la afección sino hasta cuando se la descubre mediante un examen endoscópico o radiográfico (rayos X). Si bien la mayoría de gente no presenta síntomas, algunas personas podrían sentir dolor o molestia en la parte inferior izquierda del abdomen, distensión abdominal y/o cambios en los hábitos intestinales, en estos casos es conveniente visitar a un especialista.

¿Posibles tratamientos?

A fin de tratar la diverticulitis (divertículo inflamado o infectado) es necesario utilizar antibióticos y, a veces, hospitalizar al paciente. La recuperación normalmente transcurre sin complicaciones; pero cuando continúa el absceso pericolónico, un drenaje radiológico mediante sonda percutánea puede drenar y ayudar a extirpar el absceso. En raras ocasiones es necesario realizar una operación, pero podría ser necesaria cuando el caso no responde a ningún tipo de control.
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