Agujero Macular

Se trata de una patología que afecta a la retina del ojo, en concreto a la mácula, la zona donde se perciben las imágenes, la responsable de la percepción de los colores y la que permite la visión de las imágenes. Esta zona se encuentra cubierta de células nerviosas sensibles a la luz.

¿Cuáles son las posibles causas?


En la mayor parte de los casos se trata de pacientes idiomáticos, es decir, que no muestran signos evidentes de haber generado esta dolencia, se trata generalmente de pacientes sanos que no han tenido antecedentes. Suele relacionarse por este motivo con el deterioro visual provocado por la edad.

Los pacientes con miopía de alto grado, los que superan las nueve dioptrías, son susceptibles de sufrir de manera más acusada esta dolencia. También se encuentran casos de agujero macular en pacientes que hayan sufrido una lesión como un traumatismo ocular. Asimismo, la acumulación de líquido en el ojo, el también llamado edema, las cirugías o cualquier otro tipo de alteración en la retina pueden suscitar la aparición de esta enfermedad.

¿Cuándo es conveniente visitar a un especialista?


Este defecto provoca pérdida de la visión, distorsión aguda en las imágenes de uno de los ojos, dificultades en la lectura… Uno de los primeros efectos que produce esta dolencia y que puede ser una señal conveniente para acudir a un especialista es una mancha amarilla o grisácea en la fóvea, es decir, cuya misión es la visualización del color. En cualquier caso, cualquier distorsión ocular que dificulte la visión es conveniente de tratar con un médico con la mayor celeridad.

¿Posibles tratamientos del Agujero Macular?


Depende de la gravedad del agujero macular, pero generalmente se estima recomendable la cirugía para corregir esta dolencia y hacer posible una mejora en la capacidad de percibir imágenes, colores, letras con nitidez, así como agudizar la visualización.  Además este tratamiento evita al paciente el deterioro paulatino de la visión que se produce con la edad. Al extraer la catarata se corrige de raíz cualquier distorsión visual y además evita al paciente tener que someterse a una segunda intervención, habitual en los mayores de 60 años.
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